TÚBULOS
SEMINÍFEROS
Por cada lobulillo testicular hay de uno a cuatro túbulos seminíferos.
Pueden partir de un extremo ciego o pueden estar anastomosados en
sus extremos con otros túbulos del mismo lobulillo o de lobulillos
adyacentes, formando asas unidas por sus dos extremos al mediastino
testicular. Miden 0.2 mm de diámetro y de 30 a 70 cm. de largo (lo
que da en un hombre adulto aproximadamente 260 m de túbulo seminífero).
Están altamente contorneados, pero pierden la sinuosidad cerca del
mediastino, para transformarse en los túbulos
rectos.
El túbulo consta de un tejido germinal estratificado citogénico, altamente
modificado y complejo. La membrana basal se apoya
externamente en el compartimento peritubular o peritúbulo,
tejido conjuntivo abundante en fibras de colágeno y fibras elásticas,
con fibroblastos aplanados y células mioides (células parecidas a
las musculares lisas). Estas células mioides se disponen en tres a
cinco capas circulares con uniones estrechas entre sí, que dificultan
el paso de macromoléculas al espacio
intersticial tubular. Además, estas células tienen actividad
contráctil que se relaciona con el transporte de los espermatozoides
en la luz del túbulo. El peritúbulo suele engrosarse con muchos estados
patológicos del testículo (misceláneos).
El epitelio seminífero está formado por dos tipos de células. Las
células de Sertoli son elementos de sostén y nutrición para las
células germinales, las que por el proceso de espermatogénesis
dan origen a los espermatozoides.
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